domingo, 29 de abril de 2007

EL REGRESO

Cap.XII CATORCE MESES DESPUES


Desde el día que Mateo, su hermano y Luis decidieron desenmascarar la situación habían ocurrido muchas cosas...Plácida tuvo ese mismo día un ataque de apendicitis y Mateo y su hermano la tuvieron que llevar al Hospital General de Cuenca donde ésa misma tarde fué intervenida de urgencia.

Luis se había tenido que quedar a cuidar de los animales y de la Masía, a parte que era obvio que no debía "dejarse ver" para evitar problemas.

Durante las dos semanas de ausencia del matrimonio Luis tuvo tiempo de intentar "recuperar" su pasado, pero fué inútil...mientras más lo intentaba menos podía recordar...sólo tenía un vago recuerdo de cuando era niño y pasó un día en una Playa donde le habían llevado sus Padres; en su mente sólo recordaba dos figuras adultas que tenía la certeza que eran sus Padres...pero no lograba identificar ningún pequeño detalle que le pudiera dar alguna pista; lógicamente si era de Castellón había playa; según le habían dicho.

Cuando Mateo y Plácida regresaron la Masía, las corralizas y los animales estaban en mejor estado que cuando se habían tenido que ausentar; Luis había dedicado todo su tiempo disponible a trabajar, lo que no era más que una forma de "huir hacia adelante".

Plácida estaba prácticamente recuperada ya que los síntomas de intenso dolor abdominal fueron inmediatamente calificados por su marido como "sospechosos" de un cólico miserere ( así se denominaba a todo lo relacionado con apendicitis que derivaban en peritonitis y que eran la causa de gran número de muertes en aquéllos tiempos).

La normalidad volvió a imperar en la Masía y la decisión de aclarar el "entuerto" se había enfriado como el tiempo ya que el Otoño estaba bien avanzado y las primeras nevadas pronto harian acto de presencia, si a esto le añadimos que de cara al invierno había que almacenar la mayor cantidad de paja en las corralizas para que el ganado tuviera comida cuando por la nieve no podían salir a pasturar entenderemos que durante ése período la actividad en la Masía era frenética y no había tiempo para la reflexión.

Ese invierno fué especialmente frío y nivoso en la zona y la Masía estuvo incomunicada en más de dos ocasiones y durante más de quince días cada una.

A finales del Verano de ése año, es decir, catorce meses después de la operación de Plácida, en una tarde apacible, cuando Mateo y Luis estaban apoyados en un ribazo mientras las cabras pacían apareció una pareja de la Guardia Civil; la reacción de Mateo fué de pánico ya que pensaba que lo habían descubierto todo y venían a por ellos; a por él para denunciarle por secuestro y a por Luis a devolverle a su familia.

- Buenas tardes, Mateo!

- Muy buenas tardes!

Mateo conocía a los guardias ya que en de tarde en tarde le hacían alguna visita y en otras acudían a ayudarle a abrir camino entre la nieve a fin de comunicar la Masía.

- Veo que tenéis un huésped....

- Sí...es un sobrino de Plácida que está con nosotros hasta que acabe el Verano.

Luis asintió con la cabeza mientras el desasosiego se había apoderado de su cuerpo...

- Pues nada, vamos a continuar dando una ronda por la zona...

- !Vayan con Dios!

-!Igualmente ustedes...y saludos a Plácida!

Mateo y Luis se quedaron mudos hasta que la pareja se perdió de su vista...

!Jodó, Luis! !Ya nos han "pillao"!

!Me temo que sí, Mateo!

jueves, 26 de abril de 2007

EL REGRESO

Cap. XI ¿SECUESTO?


Los perros comenzaron a ladrar...

!Alguien viene! dijo Plácida; eran las siete de la tarde y en la Masia no esperaban a nadie.

!!!!!!!!MATEO!!!!!!!!!!
!!!!!!!!!!MATEO!!!!!!!

!!!!!!!SOY PEDRO!!!!!!!!!

!Andá!!!! !Pero si es mi hermano!

Mateo y Pedro se fundieron en un profundo abrazo en la puerta de la Masía; Pedro vivía en Cuenca y hacía dos años largos que no se veían ni sabían el uno del otro.

!Que te trae por aquí, hermano!

- Pues nada que voy a Tragacete a la Feria de ganado y me he dicho !Porqué no me desvío un poco y les doy una sorpresa a Mateo y a Plácida! !Dicho y hecho....y aquí estoy!

- Pasa hombre, pasa... !Que alegria de verte!

Luis estaba poniendo la mesa para cenar...!Anda Luis! !Pon un plato más que tenemos visita!

- y éste quien es, Mateo?

- Esto....es un poco largo de contar...luego te lo explico.

Pedro y Mateo nunca habían tenido secretos, ambos sabían que "mantener un secreto" era prueba de lealtad, de amor de hermanos; por eso Mateo ( quién no podía imaginar la visita de Pedro) pensó que lo mejor era contarselo todo ...!En menudo lío estamos metidos!; se decía para sus adentros.




-..............................y esa es la historia hermano.

- !Jodó!... esto parece de novela...si no te conociera como si te hubiera parido pensaría que te lo has "inventao"...

¿Y qué pensáis hacer?

Mientras tanto Luis permanecía callado pero activo en la conversación y su preocupación no era menor.

Pues no sé, Pedro; la verdad es que nos hemos apreciado demasiado y demasiado pronto; Luis es como un hijo para nosotros.

- Y ustedes unos Padres para mí; intervino Luis.

!!!Jodó!!!, dijo Pedro mientras se mesaba sus cabellos con la mano derecha....!Menudo lío!

Que nos aconsejas que hagamos hermano...

Pues no sé...la verdad es que si os descubren os podrian acusar de secuestro.

!!¿Secuestro?!!, dijo Mateo

!Sí! Secuestro, repondió su hermano.

miércoles, 25 de abril de 2007

EL REGRESO
Cap.X SIN NOTICIAS

Los Padres de Medín no querían hacerse a la idea de que la lista que tiene la Policía de personas desaparecidas es enorme y en la mayoría de los casos no existe un argumento o una razón que justifique el hecho de la desaparición; los "misterios sin resolver" eran para la policía habituales en términos relativos hasta el punto que el tema de las abducciones era "tabú" dentro del "cuerpo" lo que no evitava que, a nivel personal, muchos policías adscritos a la "Brigada de desaparecidos" pensaran que era la única explicación posible a tantos casos de "desapariciones misteriosas; y lo peor es que pasados cinco años si el individuo no aparecía se le dá por muerto.

Por otra parte el Psicólogo que prestaba su ayuda al matrimonio luchaba por intentar convencerles que siendo una tragedia lo que había ocurrido no tenían otra opción que acostumbrarse a "vivir en un sin vivir" pero tratando de eliminar lo máximo posible el inútil sufrimiento.

¡¿Inutil?! se preguntaba su Padre en reiteradas ocasiones, "mi hijo ha desaparecido; no sabemos nada de él y por tanto para nosotros está vivo…el día menos esperado aparecerá".

El sentimiento se apoderaba de la razón … como si Medín fuera el único desaparecido de la faz de la Tierra…!Pero era su único hijo!

Alba había retomado su vida…aunque no había olvidado a Medín y también sufría, su dolor iba mutando en pena y la pena es menos profunda y permanente que el dolor de alma. Ya salía con sus amigas y hasta había conocido a un chico que si no fuera por el recuerdo de Medín le habría dicho que sí en las numerosas ocasiones que le había pedido salir juntos pero sólos...!Todo podía llegar!

En la facultad nadie se acordaba ya de Medín excepto su buen amigo de Tragacete...!Ay si supiera que la decisión de ir a verle era lo que había provocado la tragedia!

Los Padres de Medín, como tantos otros en situaciones parejas, vivían aferrados a que tarde o temprano aparecería...!Vivo! ( no aceptaban ni por un instante que su hijo hubiera muerto) y el motivo de su vida; segundo a segundo, era continuar avivando la llama de la búsqueda de Medín que para la Policía e incluso para el resto de sus conocidos estaba a punto de fenecer.
EL REGRESO

Cap.XIX LUIS


Medín a las tres semanas de su “despertar” ya había recuperado su tono y poco a poco se iba integrando en los quehaceres cotidianos de la Masía, su constitución atlética y la práctica habitual de ejercicio le habían ayudado sobremanera a recuperarse en menos tiempo del previsto; no obstante habían varios asuntos que tenía que resolver. ¿Qué hago? ¿Me quedo? ¿Renuncio a mi identidad? ¿ Quien digo que soy para los demás?

Su amnesia provocaba el que no recordara absolutamente nada ni de él ni de su pasado y como se encontraba tan feliz con Mateo y Plácida y con la vida campestre,su intención era ir posponiendo la investigación para averiguar quien era; una pista fácil tenía…el coche llevaba matricula de Castellón…el dilema era lo único que perturbaba su felicidad.

Entre los tres habían decidido que se llamaría Luis ( que era el nombre que tenían pensado Mateo y Plácida para el hijo que no llegó a nacer); que sería un sobrino de Plácida que se había venido a vivir con ellos…el problema era la documentación, el D.N.I. lo perdió en el accidente y aunque parezca mentira en el coche no estaban los datos del propietario; o se habrían extraviado o su Padre no los llevaría en el 600.

Es curioso como personas que no se conocen de nada pueden en poco menos de dos meses “constituir” una familia; Mateo y Plácida sentían que Luis era el hijo que no tuvieron; Luis les quería como si fuesen sus Padres…aquello parecía el Paraíso.

La armonía era tal que con el tiempo se negaron a ellos mismos que la situación era ficticia y perecedera…un día u otro tenía que finalizar.

Mateo pensaba en reiteradas ocasiones cómo lo estaría pasando la familia de Luis…”lo habrán dado por muerto”; su egoísmo hacía que se negara que podía contactar con la Comisaría de Policía de Castellón, denunciar el caso y rápidamente la familia de Luis encontraría a Medín…”!Menudo dilema!”, rápidamente Mateo se olvidaba del asunto y sabiendo que vivían en un engaño que provocaba mucho sufrimiento a la familia y los amigos de Luis, se aposentaba en su placentera mentira.

Con el tiempo la amnesia de Luis contagió a Mateo y como por mimetismo él también se olvidó de la falacia.

domingo, 22 de abril de 2007

EL ENCUENTRO

Cap.VIII ESA NOCHE



Plácida le preparó a Mateo un perolico lleno de achicoria para que pudiera combatir mejor el sueño, encendió el candil de carburo y sentado en un catre se dispuso a dejar que la noche fuera el despertar del cuerpo de Medín.

Durante un buen rato Mateo reconstruyó el episodio desde su inicio, desde cuando subió a lomos del mulo el cuerpo del muchacho malherido...una bateria de preguntas se deslizaban por su mente...¿Quién será? ¿Cómo habrá llegado hasta aquí? ¿Cómo quedará si despierta del todo? ¿Qué haremos con él?...¿Le entregaremos a la GuardiaCivil?...Creo que no...pero si recuerda quién es imagino que querrá volver con su familia...Creo que sería lo mejor para todos...

- !Donde estoy!

- !Quien soy!

-!Quien es usted!

Mateo con delicadeza y ternura comenzó a explicarle al muchacho qué había sucedido...él no recordaba absolutamente nada aunque lentamente y por esa complejidad que posee nuestro cerebro en lo más profundo de su inconsciente afloraban vagos recuerdos...como si de un sueño se tratara.

Mateo iba haciendole preguntas por ver como reaccionaba el muchacho; a fin de cuentas le interesaba mucho más que se recuperara que conocer las respuestas.

- Me encuentro desorientado...sin fuerzas...no sé quien soy...sólo siento vagamente que usted y su mujer son mi familia.

Mateo se sorprendió al constatar que en su cerebro recordaba también a Plácida.

- Y cómo sabes que vivo con mi mujer?

- No lo sé...pero es como si en sueños hubiera percibido una presencia maternal.

Medín asió con la poca fuerza que tenía la mano de Mateo y volvió a los brazos de Morfeo; Mateo también se quedó dormido apoyando su cabeza sobre el colchón de su cama.

Al menos está vivo! fué lo último que pensó Mateo antes de quedarse profundamente dormido.

A las cinco de la mañana, el gallo, con su kikiriki despertó a Mateo como cada día.
EL REGRESO

Cap. VII DESPERTAR


Esa mañana, antes de irse a los quehaceres de la Masía, Mateo se acercó a la cama donde yacía Medín con un cierto pálpito de esperanza; por la noche le había parecido oir sonidos...leves gemidos..movimientos....

Habían pasado cuatro días desde que Mateo llevó al malherido Medín a la Masía; se acercó junto a su lecho y observó cómo tenía los ojos abiertos y aunque en un estado de semisueño daba los primeros sintomas de querer volver a la vida.

Mateo le tomó la mano, Medín desorientado y torpe le miraba sin saber a ciencia cierta ni si estaba vivo, ni quien era, ni de donde venia, ni donde estaba; su debilidad incrementaba su sensación de auténtico desazón...sólo sentía alivio al notar el amor que le transmitía el contacto físico con Mateo, quien decidió permanecer a su lado sin dirigir palabra, esperando que Medín fuera poco a poco despertando de su letargo (!No hay que precipitarse!, se repetía Mateo); así transcurrió una hora hasta que Plácida se levantó; !Schsssssssst!, parece que quiera despertar...debemos dejar que sea él quien marque la pauta, no debemos inquietarle ni agobiarle...lo único que debemos hacer es estar junto a él, mostrarle nuestro cariño y dejar que su cuerpo vaya reaccionando.

Mateo decidió marchar a sus labores y le pidió a Plácida que no le dejara un momento sólo; las corralizas con los cerdos, las gallinas, los conejos y la mula podían esperar.

Mateo esperó a que Plácida se aseara para, con una hogaza de pan y un buen taco de jamón en su zurrón, ausentarse hasta el atardecer.

Plácida no soltaba la mano de Medín; le recordaba al hijo que no tuvieron ya que murió en el parto y le transmitía una paz y una ternura que hacían que Medín, desde su confusión, fuese poco a poco despertando.

Sus ojos, los de Medín, se fijaban a través de su mirada en los de Plácida a la vez que ésta le apretaba levemente la mano.

Ya al mediodía Medín balbució...¿Dónde estoy? ¿Quién soy?...Plácida no supo bien qué responderle y sólo atinó a decir...!Estás a salvo, hijo mío! !Estás a salvo!.

Medín se durmió como un bebé, su respiración ya era perceptible y su rostro mostraba un bienestar que tranquilizó sobremanera a Plácida quién aprovecho para arreglar un poco la Masía y calentar el puchero para comer algo.

Antes de atardecer Mateo había vuelto, impaciente preguntó a Plácida cómo iba..

- Va bien, Mateo, el muchacho está volviendo a la vida...pero muy poco a poco.

Después de cenar Mateo decidió pasar la noche junto a Medín y sin soltarle la mano esperar, esperar y esperar.

Era lo único que podía hacer.

viernes, 20 de abril de 2007

EL REGRESO

Cap. VI PLACIDA Y MATEO

Cuando se conocieron Plácida vivía en la Masía con sus Padres y dos hermanos que con el tiempo emigraron a Cataluña para ganarse mejor la vida, Mateo era del pueblo más próximo y un día de bureo acudió invitado a la matanza del cerdo; fué todo un día de trabajo y fiesta, ya por la noche a la lumbre del hallar la gente comía, bebía, cantaba y bailaba …Mateo bailó una Jota con Plácida.

Pasados cinco meses ( entonces estas cosas sucedían así), Mateo se acercó a la Masía, lógicamente no había podido avisar….¿Cómo?…los ladridos de los perros era la señal de que alguien se acercaba; Plácida y su Madre estaban esperando a su Padre para comer, al tiempo que controlaban el “perol” que suspendía asido a un artilugio de hierro sobre el fuego que producía la combustión de los leños.

Mateo se presentó y le dijo a Placida y a su Madre que si la moza quería venía a pedirles que se casara con él; Plácida, una joven de dieciséis años,enrojeció como un tizón; a la Madre la proposición le pareció magnífica ya que en la Masía hacían falta brazos y Mateo era un joven muy trabajador y apreciado en la Zona…

-Y tú que dices, Plácida? Le preguntó la Madre.

Llena de vergüenza , Plácida asintió levemente con la cabeza.

- Pues ya está, cuando llegue tu Padre lo hablamos y como seguro que dirá que sí a partir de hoy ya sois novios.

Al punto llegó el Padre y no se sorprendió al ver a Mateo, de lejos le había visto llegar.

- Mateo, muchacho…qué te trae por aquí?

- Ha venido a pedirnos la mano de Plácida (contestó su Mujer)

- Eso está bien, muchacho, Plácida es una buena moza y estoy seguro que hacéis una buena pareja; además desde que los hijos se fueron a las capitales malamente podemos tirar p’alante con todo el quehacer que hay en la Masia.

Sirvieron cuatro platos de puchero (patatas, alubias, tocino y morcilla) y se dispusieron a comer.

Los ojos de Plácida transmitían la alegría porque Mateo hubiera pedido su mano, era el hombre con el que había soñado siempre, teniendo en cuenta que desde la Masía a pocos hombres había conocido; sus Padres rebosaban de satisfacción ya que siendo Mateo un buen mozo, tenían resuelto el asunto (“dos brazos más para trabajar”, era el pensamiento recurrente de su Padre) de la continuidad de la Masía.

Esa tarde todo el trabajo pendiente se retrasó pues la sobremesa se hizo larga; Mateo se ofreció a echar una mano; mientras el Padre de Plácida se ocuparía de la huerta él sacaría al rebaño de ovejas y cabras a pasturar por los prados y Plácida y su Madre arreglarían las corralizas y darían de comer al resto de animales.

Esa noche Mateo se quedó a dormir en la Masia.

miércoles, 4 de abril de 2007

EL REGRESO

Cap. V JUNIO


Ya habían transcurrido seis meses desde la desaparición de Medín y tanto su familia como su novia, amigos y conocidos se habían dejado la piel para encontrar alguna pista que les permitiera localizarle o encontrarle, aunque fuera sin vida; por otra parte el seiscientos tampoco había aparecido y ni la Guardia Civil de Tráfico ni ningún ciudadano había podido dar con él; la hipótesis más barajada, aunque menos deseada, es que se hubiera precipitado por un barranco y hubiera fallecido pero la investigación sabía por experiencia que en seis meses el coche se habría localizado ya, porque los barrancos que están junto a las carreteras son zonas relativamente fáciles de batir y alguien lo hubiera visto.

A todo esto, Mateo se encargó de llevar el seiscientos hasta su Masía y esconderlo en el Pajar camuflado detrás de un montón de balas que impedían su visión.

Ni los Padres ni la Novia de Medín se hacían a la idea de que no le volverían a ver aunque estaban totalmente destrozados y de forma recurrente no dejaban de preguntarse qué le había podido suceder ya que las piezas del puzzle no encajaban; la abducción la tenían descartada, el que Medín hubiera desaparecido voluntariamente sin dejar rastro, más; el secuestro no tenía ningún sentido...!Qué habrá podido sucederle!

Su Madre se pasaba el día pegada al teléfono esperando oir su voz, su Padre sufría en silencio, su Novia estaba en tratamiento médico por Depresión, sus amigos no podían creerlo y en la Facultad de Derecho de Valencia el impacto fué tal que hasta quienes no le conocían ni de vista estaban conmocionados.

El Médico le recomendó a Alba que fuera racionalizando la situación, que Medín ya no volvería; que la vida continuaba, que había que superar el duelo...!Pero qué duelo, si está desaparecido!

Alba había dejado de salir , de estar con sus amigos y amigas; como alma en pena deambulaba por la casa y releía las cartas que Medín le había escrito desde Valencia.

!Qué habrá podido sucederle!

martes, 3 de abril de 2007

EL REGRESO

Cap. IV DESDE DENTRO


Medín sintió que instantáneamente a darse el golpe había perdido el conocimiento, no sintió dolor en absoluto y como en muchos casos de personas que estan al borde de la muerte, vió una enorme e intensa Luz Blanca al final de una especie de túnel, la Luz no le llamaba, estaba estática y silente pero para Medín tenía vida; un intenso e indescriptible sosiego le había invadido y un profundo sentimiento de Paz Interior le poseía; de vez en cuando la Luz se acercaba y su deseo era contactar con ella pero al punto se volvía a alejar lentamente; en esa situación la percepción del tiempo no existía y aunque su sensación era del todo placentera un deseo incontrolable le animaba a seguir deseando conectar con la Luz.

No sentía el frío, ni el dolor, ni tenía la percepción de que había tenido un accidente y estaba malherido...casi muerto, sólo sentía una inmensa Felicidad; no tenía hambre, ni sed, ni nigún deseo o sentimiento humano....sólo estaba feliz.
EL REGRESO

Cap. III CERCA DEL MOLUENGO



Al tercer día todavía no se sabía nada de Medín, se habían activado todas las alarmas, su búsqueda había adquirido registros nunca recordados... pero no había ni rastro; la Guardia Civil había enviado un aviso a todas las Comandancias de España con los datos del joven y del seiscientos......!Nada!

La suerte, la providencia o la casualidad quiso que un masovero de un caserón cercano al Moluengo encontrara a Medín en medio de un sinuoso camino que atravesaba los montes de la zona, el masovero, que iba con su mulo, se acercó al cuerpo, le tomó el pulso y percibió que aunque tenue indicaba que había un hilo de vida; sin pensarlo dos veces lo subió a lomos del caballo y regresaron a la Masía.

La Masía se encontraba perdida entre los montes y estaba habitada por Mateo y su mujer, Plácida, el matrimonio apenas tenía contacto con la civilización ya que tras la guerra civil entre el maquis y la Guardia Civil les habían destrozado la vida; los unos exigiendo comida y cobijo, los otros amenazándoles por dar cobijo y comida a los bandoleros; total que apaciguada la guerrilla Mateo y Plácida decidieron que con lo que tenían podían sobrevivir sin necesidad de tener contacto con la civilización.

De lejos Mateo gritó: !Plácida! !!Plácida!! !Prepara el jergón que llevo a un muchacho malherido!
al entrar en el casalicio Plácida se llevó las manos a la cabeza y le dijo a Mateo !Pero que has hecho, hombre de Dios, el muchacho está muerto! !No, Placida! el pulso aun late.

Le tumbaron en la cama y le arroparon con mantas ya que el frío era intenso y Medín estaba como un témpano; Plácida le puso una cataplasma de hierbas sobre la frente y Mateo le masajeaba los piés para que entrara en calor, al rato el cuerpo de Medín había recobrado al menos la temperatura corporal....pero seguía inconsciente.

Durante tres días le velaron, le cuidaron, le asearon, intentaron darle caldo....pero todo seguía igual; Mateo le contó a Plácida que había oído decir que mientras el pulso no dejara de latir lo único que había que hacer era darle agua y esperar, que en esas circunstancias y habiendo pasado cuarentayocho horas había gente que después de unas semanas había conseguido sobrevivir...."Si se muere lo enterraremos en nuestro cementerio, mientras tanto debemos esperar".

Tanto Plácida como Mateo humedecían constantemente con un paño mojado en agua los secos labios de Medín, le colmaban de cuidados y atenciones pero Medín no daba ni un atisbo de señal de vida; Mateo no dejaba de repetir "mientras el pulso siga latiendo aunque sea débilmente, no está muerto".

A las semanas Medín había pasado a formar parte, sin saberlo, de la vida de Plácida y Mateo.

Una mañana, antes de irse al monte con las ovejas, Mateo se sentó un rato al lado del jergón...no sabiendo si había sido el deseo o la realidad el caso es que le pareció que el muchacho intentaba levantar el párpado derecho, llamó a Plácida y le dijo que estuviera todo el día pendiente por si el muchacho despertaba.

Al atardecer, como cada día, Mateo regresó a la Masía; ésa tarde con la esperanza de que el muchacho hubiera dado alguna sñal de vida, pero no fué así.

!Plácida, mientras el pulso lata está vivo!
EL REGRESO

Cap. II DESAPARECIDO



Llegaron las vacaciones de Navidad y Medín estaba lleno de proyectos....!Le sobraría tiempo!

Una de las actividades que hacía mucho que no practicaba era el excursionismo y tenía verdadero "mono" por hacer una escapada sólo, para durante dos o tres días perderse por las montañas.

No sabía bien donde ir ya que el Penyagolosa se lo había pateado tantas veces que no le suponía aliciente, la zona dels Ports y la Tinença era muy atractiva para él, así que !ya estaba decidido! cogería el seiscientos de su padre ( hacía un mes se había sacado el carnet) y haría noche en Fredes para desde allí dirigirse sin rumbo por las preciosas y escarpadas montañas de la zona.

A las siete de la mañana sonó el despertador, desayunó, preparó el equipaje, se despidió de sus padres y emprendió el viaje a Fredes; al llegar a San Mateo, súbitamente cambió de planes, un compañero de facultad, de Tragacete con el que había congeniado mucho le dijo que si algún día se perdia por el pueblo allí tenía casa; preso de su espiritu aventurero tanto tiempo reprimido cambió el rumbo y cómo lo que le sobraba era eso,tiempo, se dirigió hacia la provincia de Cuenca...el viaje era largo y pesado y su inexperiencia al volante hacía que no pasara de 90 kms a la hora; sobre las dos del mediodía se detuvo a comer en un frondoso pinar que encontró en el trayecto, descendió del coche, sacó el bocadillo y bien abrigado se sentó junto a un pino...!Qué placer! el no conocer el trayecto hizo que su espiritu de aventura se viera, si cabe, más colmado.

Después de comer se quedó dormido pero a los diez minutos el frío le despertó, después de desperezarse decidió dar un paseo por el bosque, aunque el frío era intenso iba bien abrigado y el paseo se convirtió en caminata, a la hora y media descubrió una pista en bastante buen estado y pensó que saldría a la carretera, regrsó, cogió el coche, reemprendió el viaje y a los tres Kilómetros, a la izquierda vió que una pista confluía con la carretera, puso el intermitente y se enfiló pista adentro con su seiscientos sin saber donde le podía llevar la pista...al rato el coche ya no podía pasar...a su derecha se erguían unas enhiestas y escarpadas montañas que le sedujeron, procuró dejar el coche junto a la pista para no interrumpir el paso de vehículos; si es que hasta allí se le ocurría llegar a alguno,y sin rumbo pero con la brújula, comenzó a caminar sin destino definido, pronto llegaron los riscos que se fueron convirtiendo en inclinadas paredes que ascendió sin dificultad ya que su experiencia como alpinista era contrastada, al poco el cielo comenzó a oscurecerse y los escasos conocimientos meteorológicos de Medín le hicieron intuir que no tardaría en comenzar a nevar...!Más aventura no podía pedir!...hasta llegó a pensar que estaba cometiendo una imprudencia pero su instinto dominaba su razón.

La tarde iba dando paso a la noche y comenzó a buscar un sitio adecuado para hacer vivac o en el peor de los casos pasar la noche, por equipo no sería ya que llevaba de casi todo; en lo alto de un risco divisó una repisa donde había suficiente espacio para pasar la noche protegido, comenzó a ascender y un inoportuno y miserable resbalón hizo que cayera entre las rocas dándose un golpe en la cabeza que le dejó inconsciente.

Sus padre esperaban la llamada de teléfono que a las nueve de la noche les tenía que hacer desde el único teléfono que había en Fredes; al ser las diez sus padres comenzaron a preocuparse ya que Medín era muy riguroso y formal y el teléfono no sonaba, llamaron a información por saber si había algún problema de conexión con Fredes, les dijeron que no.

A las doce y sabiendo que era muy raro lo que ocurria sus padres contactaron con la Guardia Civil que les dijeron que si a la mañana siguiente no habían tenido noticias se ocuparían de su localización; esa noche sus padres no durmieron, silentes y resignados no quisieron avisar a Alba y cuando el alba hizo acto de presencia volvieron a llamar a la Guardia Civil.

Sobre las diez recibieron la llamada que les certificaba que en Fredes no había aparecido su hijo...la desazón hizo presa en ellos que se decidieron a llamar a Alba.

Hacía más de veinticuatro horas que no sabían nada de Medín lo que tratándose de él era muchísimo.

Esa noche a las once a Medín lo dieron por desaparecido.