martes, 3 de abril de 2007

EL REGRESO

Cap. II DESAPARECIDO



Llegaron las vacaciones de Navidad y Medín estaba lleno de proyectos....!Le sobraría tiempo!

Una de las actividades que hacía mucho que no practicaba era el excursionismo y tenía verdadero "mono" por hacer una escapada sólo, para durante dos o tres días perderse por las montañas.

No sabía bien donde ir ya que el Penyagolosa se lo había pateado tantas veces que no le suponía aliciente, la zona dels Ports y la Tinença era muy atractiva para él, así que !ya estaba decidido! cogería el seiscientos de su padre ( hacía un mes se había sacado el carnet) y haría noche en Fredes para desde allí dirigirse sin rumbo por las preciosas y escarpadas montañas de la zona.

A las siete de la mañana sonó el despertador, desayunó, preparó el equipaje, se despidió de sus padres y emprendió el viaje a Fredes; al llegar a San Mateo, súbitamente cambió de planes, un compañero de facultad, de Tragacete con el que había congeniado mucho le dijo que si algún día se perdia por el pueblo allí tenía casa; preso de su espiritu aventurero tanto tiempo reprimido cambió el rumbo y cómo lo que le sobraba era eso,tiempo, se dirigió hacia la provincia de Cuenca...el viaje era largo y pesado y su inexperiencia al volante hacía que no pasara de 90 kms a la hora; sobre las dos del mediodía se detuvo a comer en un frondoso pinar que encontró en el trayecto, descendió del coche, sacó el bocadillo y bien abrigado se sentó junto a un pino...!Qué placer! el no conocer el trayecto hizo que su espiritu de aventura se viera, si cabe, más colmado.

Después de comer se quedó dormido pero a los diez minutos el frío le despertó, después de desperezarse decidió dar un paseo por el bosque, aunque el frío era intenso iba bien abrigado y el paseo se convirtió en caminata, a la hora y media descubrió una pista en bastante buen estado y pensó que saldría a la carretera, regrsó, cogió el coche, reemprendió el viaje y a los tres Kilómetros, a la izquierda vió que una pista confluía con la carretera, puso el intermitente y se enfiló pista adentro con su seiscientos sin saber donde le podía llevar la pista...al rato el coche ya no podía pasar...a su derecha se erguían unas enhiestas y escarpadas montañas que le sedujeron, procuró dejar el coche junto a la pista para no interrumpir el paso de vehículos; si es que hasta allí se le ocurría llegar a alguno,y sin rumbo pero con la brújula, comenzó a caminar sin destino definido, pronto llegaron los riscos que se fueron convirtiendo en inclinadas paredes que ascendió sin dificultad ya que su experiencia como alpinista era contrastada, al poco el cielo comenzó a oscurecerse y los escasos conocimientos meteorológicos de Medín le hicieron intuir que no tardaría en comenzar a nevar...!Más aventura no podía pedir!...hasta llegó a pensar que estaba cometiendo una imprudencia pero su instinto dominaba su razón.

La tarde iba dando paso a la noche y comenzó a buscar un sitio adecuado para hacer vivac o en el peor de los casos pasar la noche, por equipo no sería ya que llevaba de casi todo; en lo alto de un risco divisó una repisa donde había suficiente espacio para pasar la noche protegido, comenzó a ascender y un inoportuno y miserable resbalón hizo que cayera entre las rocas dándose un golpe en la cabeza que le dejó inconsciente.

Sus padre esperaban la llamada de teléfono que a las nueve de la noche les tenía que hacer desde el único teléfono que había en Fredes; al ser las diez sus padres comenzaron a preocuparse ya que Medín era muy riguroso y formal y el teléfono no sonaba, llamaron a información por saber si había algún problema de conexión con Fredes, les dijeron que no.

A las doce y sabiendo que era muy raro lo que ocurria sus padres contactaron con la Guardia Civil que les dijeron que si a la mañana siguiente no habían tenido noticias se ocuparían de su localización; esa noche sus padres no durmieron, silentes y resignados no quisieron avisar a Alba y cuando el alba hizo acto de presencia volvieron a llamar a la Guardia Civil.

Sobre las diez recibieron la llamada que les certificaba que en Fredes no había aparecido su hijo...la desazón hizo presa en ellos que se decidieron a llamar a Alba.

Hacía más de veinticuatro horas que no sabían nada de Medín lo que tratándose de él era muchísimo.

Esa noche a las once a Medín lo dieron por desaparecido.

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