viernes, 19 de enero de 2007

HISTORIAS DE MI PUTA MILI

Capitulo 1º

Sobre las 8 de la tarde llegué a mi casa y mi Padre me dijo que queria hablar conmigo; en plan relajado y distendido me comenta que le preocupa mi futuro profesional, que qué proyectos tengo.

Yo tenía 21 años y en seis meses, en Octubre, me tenía que incorporar al Servicio Militar; me había tocado Castellón y el periodo de prácticas era en el Campamento de Marines; acababa de dejar mis estudios de Filosofía Pura ( tenía dos cursos finalizados) y estaba preparando unas oposiciones al Cuerpo de Contadores del Estado ; iba a una Academia donde nos preparaban, (Temario y Contabilidad), en esa época dedicaba 8 horas de estudio al día para empollarme el Tema ( los temas eran unos tochos infumables y sin sentido que yo memorizaba cada día para vomitarlos en la Academía cada tarde ya que era el único alumno que cuando el profesor decía " a ver, ¿quien quiere decir el tema de hoy?" y nadie levantaba la mano, continuaba con un"….Ignacio, va, como siempre".

Esa peculiaridad hizo que se me hipervalorara ya que, en clase de Contabilidad, como iban explicando y no preguntaban, no había la posibilidad de que evidenciara mi total y absoluta "ausencia de comprensión y conocimientos" en la materia. A parte de que ,para mí, no fuera un futuro halagüeño ser funcionario del Estado (¡horror!) estoy convencido de que jamás hubiera sacado las Oposiciones….la Contabilidad es superior a mí.

….A ver Ignacio, qué proyectos de futuro tienes?, comenzó mi Padre.
Voy a dejar la Oposición, en Octubre me incorporaré a la "mili" y luego….ya veremos.
Es que este mediodía ha estado en casa el Director de la Academia y nos ha dicho que le comentaste el que ibas a dejar la Oposición, y nos dice que sería un grave error, ya que eres el alumno que más posibilidades tiene de "sacarla"….!vamos! me ha pedido que te convenza para que sigas.
A ver, Papá, ( mi Padre y yo siempre nos hemos entendido a la perfección) ¿ Tú sabes lo que yo sé de Contabilidad? ¿ Tú sabes que no me haría ninguna ilusión ser funcionario? ¿ Tú sabes que jamás sería capaz de "sacar" la maldita Oposición? ¿Tú sabes que la "mili" me corta absolutamente mi trayectoria?, para mí será un año perdido.
No hay más que hablar, dijo mi Padre. Nos dimos un abrazo y… ¡Asunto zanjado!

…y llegó el día, a las 14 h. Nos concentramos unos 400 reclutas en el Parque de Ribalta y después de una "arenga" ( para meternos en situación) de un "Sargento tipo" y puestos en fila, iba nombrandonos por orden alfabético y…!al autobús!.

Una vez sentado, me sentí el ser más infeliz de la Tierra…la "mili" no tenía ningún sentido para mí; iba a poner entre paréntesis un año de mi vida , por no decir que iba a perder un año de mi vida, me sentía una hormiguita entre tanto gentío ya que a diferencia de lo que yo sentía , una mayoría de "compañeros" estaban exultantes…para ellos la "mili" era una liberación, una experiencia, una forma de salir de la rutina y el trabajo de su Pueblo, de conocer "mundo", gente….una aventura, vamos!

Llegamos a un punto donde nos esperaba una flota de camiones destartalados para una vez hecho el transbordo llevarnos al Campamento de Marines; ibamos subiendo sin orden pero con control y nos ubicábamos, por supuesto apretujados, en una guisa de bancos laterales que habían puesto en los camiones

Cuando llevabamos diez minutos de trayecto me decidí a entablar conversación con el recluta que estaba a mi derecha…¿Cómo va?, le dije, ...Bueno…,me respondio; fue el inicio de una gran amistad que se mantiene viva ; se llama Manolo, ya era Médico cuando inicio la mili ordinaria y el destino quiso que fuera quien me apretara la mano cuando me intervinieron del meningioma y hasta que la anestesia me dejó frito.

En aquella época, a parte de la Seguridad Social, la mili era lo que nos igualaba a todos, fiel reflejo de la Sociedad del momento.

Dormíamos en barracones acondicionados o naves en mal estado; ¡tanto dá !, en módulos de cuatro literas de dos pisos; la primera noche no pegué ojo; ronquidos, visitas a onano al amparo de la oscuridad, los típicos gritos al amparo del anonimato, cuescos ruidosos y pestilentes….
Por supuesto que yo era participe de todo ello, bueno….menos de los gritos al amparo del anonimato.

Si hay algo que nunca he podido soportar es la injusticia social y sobre todo el abuso.
Yo tendría 15 años y a pesar de que mi hermano mayor tiene 4 años más; ya media 179 cm…Vino azorado y maltrecho y me dijo "Matías me ha pegado"; (Matías era un amigo del Barrio, de mi edad,pero con menos envergadura que yo ) de mis entrañas salió la vena justiciera y fraternal y allá que me fui yo a vengar a mi hermano. Antes de poder decir nada, Matías me soltó una hostia que me dejó k.o. tumbado en medio de la calle; es la única vez que me he pegado con alguien…bueno…que alguien me ha pegado.

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