jueves, 3 de mayo de 2007

EL REGRESO

Cap. XIV LA NATURALEZA HUMANA



La Naturaleza Humana es sabia, por eso Luis sin haber decidido voluntariamente que era el momento de comenzar a rescatar su identidad, procedía, guiado por un impulso que ni él mismo comprendía, a indagar en saber quien era; quizás y dado que el cerebro es el órgano del ser humano más desconocido y a la vez más poderoso, era el punto para ir poco a poco recuperándose de la amnesia total que había sufrido.

Día a día y con la ayuda inestimable de Mateo y Plácida iba muy poco a poco recordando detalles, flashes sueltos y algún pasaje rescatado de sus sueños que debía poner en orden.

Su voluntad de recobrar su pasado no se correspondía , en absoluto, con la velocidad que él quisiera dar al proceso; a fin de cuentas era él el que había perdido la memoria y era él quien quería recuperarla pero la complejidad del organismo de los humanos es inexcrutable, muchas veces nos pasa que lo que queremos que sea, no tan sólo no es, sino que es lo contrario de lo que quisiéramos; la Depresión se caracteriza por un sentimiento en el que “nos pasa que no sabemos que nos pasa ni por qué nos pasa”, es decir, sin tener motivos para sumirnos en una profundísima tristeza nos vemos abocados en un pozo desde donde no podemos ver la luz; por eso Luis estaba sumido en un conflicto de atracción-repulsión; atración porque había iniciado el camino que deseaba; repulsión porque su cerebro, dueño de su memoria, no hacía caso de su enorme interés en aflorar lo que su subconsciente escondía, situación que le producía una frustración enorme.

Mateo y Plácida también participaban del conflicto de atracción-repulsión pero por motivos bien distintos; atracción porque querían lo mejor para Luis y cada día estaba más próximo el desenlace; repulsión, porque eran conscientes de que le perderían para siempre.

Con el tiempo, Luis iba recordando situaciones pero no conseguía ponerles nombre;sabía que tenía Padres, que estudiaba en la Universidad, que tenía novia, que vivía en Castellón, de la que fundamentalmente le venía a la mente los parajes de las montañas del Desierto de las Palmas....pero éso no era suficiente para saber quien era.

Cuanto más empeño ponía en recordar menos lo conseguía.

Quizás, para su cerebro, todavia no había llegado el momento.

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