lunes, 28 de mayo de 2007

EL REGRESO


Cap. XXIV ¿NOS QUEDAMOS?


Sobre las ocho de la noche Alba y Medín estaban de regreso; enlazados sus brazos por la cintura ajena entraron en la Masía radiantes de Felicidad; el Doctor sintió una profunda satisfacción…sus expectativas se habían cumplido; desde las ocho hasta la una de la madrugada, los siete, fundamentalmente Medín, no dejaron de hablar.

- “ Ha sido una experiencia única…De pronto, cuando ví a Alba recordé quién era ella, quién era yo, todo el amor que le tengo…fué como si ayer hubiese sido el último día que la ví….hemos hablado de todo y nuestro amor permanece intacto…!incluso hemos hecho planes de futuro!”

- Pensáis casaros? Preguntó su Padre

- Bueno…eso además.

- No te entiendo, hijo.

- Mira, papá, le he explicado a Alba lo feliz que me encuentro en la Masía, para mí Plácida y Mateo son como otros padres y al reencontrarme con ella he descubierto que tengo todo lo que necesito para ser feliz y hacerla feliz a ella; aquí he sentido ese sosiego…esa paz interior que tan difícil es encontrar…

- Pero, ¿Y ella? ¿Qué piensa ella?

- Miren…quizás sea precipitado ya que los impactos han sido demasiados y demasiado fuertes, pero para mí estas horas que hemos estado juntos de nuevo me han parecido eternas “es curiosa la percepción del tiempo…yo siento como que Medín y yo nunca hemos estado separados y después del encuentro estamos más juntos que nunca…no sólo me ha contado lo feliz que es aquí sino que me lo ha hecho sentir…y hemos pensado estudiar la posibilidad que…si Plácida y Mateo quisieran quedarnos a vivir aquí.

- ¡Eso es un disparate!, dijo D. Medín

- Tranquilo D. Medín,intervino el Doctor, dejemos que los acontecimientos y el tiempo sean quienes decidan; a veces el Ser Humano vaga por la vida tratando de encontrar algo tan dificil como la felicidad y yo pienso que la felicidad más que buscarla fuera la hemos de encontrar dentro…ellos llevan camino de haber descubierto lo que tantos quisieramos encontrar….!Esperemos!

Mateo y Plácida estaban encantados con la posibilidad.

- Papás, ni vosotros ni los padres de Alba nos perderíais, al contrario, podríais venir a quedaros siempre que quisiérais y pudiérais y todas las semanas os llamaríamos por teléfono…de cualquier manera la decisión aun no es firme.

Así quedó la cosa; lo que sí propuso el Doctor es que, una vez enterados los padres de Alba, era el momento de hacer público el encuentro de Medín…!Eso sí! Durante un tiempo no debería aparecer por Castellón y no se daría ninguna pista de su paradero.

- Como ustedes saben; dijo dirigiéndose a Mateo, D. Medín y su hijo, yo me comprometí con el Teniente Soto a mantenerle puntualmente informado de la evolución y creo que ya ha arriesgado bastante con su silencio y con la asunción de la total responsabilidad del caso...el Lunes a primera hora, si a ustedes les parece bien, le comentaría las últimas novedades y el Martes el Teniente lo podría comunicar oficialmente a su General para hacer oficial el descubrimiento de Medín.

- Pienso que es lo mejor, dijo Medín.

- Todos asintieron y a la espera de los acontecimientos,tanto los padres de Medín, Alba y el Doctor, partieron hacia sus lugares de origen.

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