domingo, 13 de mayo de 2007

EL REGRESO

EL TENIENTE SOTO


!Dicho y hecho! en media hora estaban los tres de camino a Cuenca; durante el viaje fueron urdiendo el plan de exposición del asunto; Mateo estaba especialmente nervioso...La Guardia Civil le incomodaba, sus experiencias con ellos, sobre todo las de sus suegros, habían sido penosas, él pensaba desde sus escasos conocimientos que "demasiado poder para tan poca cultura".

- Demasiado poder para tan poca cultura, D. Medín, tienen esos Guardias Civiles.

- Cierto, Mateo, pero eso está cambiando, antes si que cometían abusos y tropelias al amparo de su estatus...o poder, como le llamas tú, que a fin de cuentas es lo mismo, pero poco a poco aún siguiendo con sus abusos ya no comenten tantas tropelías.

Alrededor de la hora de viaje pararon a tomar un carajillo a un Bar de carretera que estaba a escasos 20 kilómetros de Cuenca y que era de los pocos donde había un poste de gasolina para repostar.

- "Así descansará también el coche"; dijo D. Medín.

- !Ya estamos en Cuenca!, dijo Mateo.

La Comandancia de la Guardia Civil estaba entrando a la ciudad a mano derecha, por lo que era muy cómodo llegar hasta ella.

D. Medín aparcó el 850 en la misma puerta; dos números de la Guardia Civil flanqueaban la entrada; D. Medín comentó a su hijo y a Mateo; sobre todo a Mateo, que estuvieran tranquilos y que dejaran que fuera él quien condujera el plan.

- !Buenos día!

- Buenos días....!Que desean!

- Queriamos hablar con el Comandante de Puesto.

- El Teniente Soto....¿De qué se trata?

- Es un tema personal.

- A ver...dénme sus carnets de identidad y veré que puedo hacer.

Mateo y D. Medín lo tenían preparado pero Luis no tenía documentación alguna.

- Ahí tiene...falta el de mi hijo que lo ha extraviado.

- Entonces no pueden pasar.

- Mire, de éso queríamos hablar con el Teniente..

- Hmmm...Bien; esperen un momento.

A Mateo le temblaba hasta la nariz.

- Ve, D. Medín como son unos abusones...

- Tranquilo, Mateo, esperemos que haya suerte.

A los diez minutos regresó el número y les dijo...

- Pasen, pero que conste que yo no les hubiera dejado entrar, tienen suerte que el Teniente Soto es algo "blandengue"...

Les acompañó con semblante ceñudo hasta la puerta de su Despacho, abrió la puerta y dijo "Mi Teniente, aquí estan estos"

- Hágales pasar.

Un Mateo nervioso y temblando como un cascabel, un Luis expectante y un D. Medín sereno y frio accedieron al Despacho del Teniente.

- !Buenos días! tengan la amabilidad de sentarse y....ustedes dirán.

Mateo no daba crédito! este no parece Guardia Civil; pensó.

- Mire, mi Teniente, el asunto que venimos a comentarle es complejo y delicado, le rogaria, si tiene a bien, que nos pudiera dedicar su atención durante al menos una hora.

- ¿Tan grave es?

- No, mi teniente, si me permite la matización, es complejo y delicado.

- Bien, bien....!Ustedes dirán!

D. Medín, que tenía perfectamente estructurado qué y cómo tenía que plantear la situación y dados sus conocimientos jurídicos y su cultura comenzó a exponer el caso.

...................................

....por eso hemos decidido presentarnos al "Puesto" más próximo para denunciar el caso.

- !Me habían preocupado! Imaginaba que era algo más grave y como usted ha dicho bien, es complejo y delicado.

Un tenso silencio se apoderó de la reunión; el Teniente Soto cavilaba mientras daba una calaba a su faria...exhaló el humo y con aplomo y serenidad dijo..."Vamos a ver; en primer lugar decirles que han procedido de la mejor manera posible, luego....luego.... !Déjenme pensar!...Yo tengo que dar parte a mis superiores, lo que no implica que el hallazgo salga a la luz pública; soy consciente de la situación...!A ver! !A ver!... pienso que hasta que su hijo no esté preparado no debe volver a Castellón....!Un momento, por favor!

- Descolgó el teléfono....marcó un número...y cuando el interlocutor respondió dijo "Soy el Teniente Soto, me pone con el Doctor Guillén"....!Antonio! Soy el Teniente Soto, oye puedes acercarte un momento a la Comandancia, necesito hablar contigo de un tema muy delicado...!Vale, te espero en veinte minutos!

- Bueno, creo que pueden comenzar a estar tranquilos, mientras llega el Doctor les cuento lo que vamos a hacer; en principio olvidense de lo del secuestro...no tiene razón de ser, el Doctor Guillén es un gran médico y una gran persona que hace cinco años vino al mando del Departamento de "Siquiatria" del Hospital...yo no entiendo nada de eso de la "Siquiatria" pero dice él, que es una medicina que a parte de tratar a los locos, alivia mucho los problemas de los que sin estar locos están enfermos de la cabeza...yo no creo demasiado en esas cosas pero eso de la "Anepsia" se lo he oido comentar alguna vez; creo que es la persona indicada para echarnos una mano.

A medida que charlaba durante la espera a Mateo se le había quitado súbitamente el cascabeleo y tanto Luis como D. Medín pensaban que las cosas estaban saliendo muchísimo mejor a cómo se imaginaban.

- Lo más importante es la discreción, dijo el Teniente Soto.

- Eso es lo que queremos, mi Teniente.

Al punto se abrió la puerta y el número anunció la visita del Doctor Guillén

- Antonio, que alegria verte de nuevo!

- Igualmente; Soto...pero cuéntame en que te puedo ayudar.

El Teniente, apropiándose el título de "portavoz del relato" ( por eso era la autoridad y a partir de entonces el devenir de los acontecimientos había cambiado de mano) le explicó con absoluta precisión y sensibilidad la historia.

- ...y yo creo que tú puedes hacer un gran servicio a la Patria, Antonio.

- Estoy totalmente de acuerdo contigo, Soto, y sin afán de vanidad creo que puedo ser útil...además podré dedicarme a un aspecto de la Psiquiatría que me apasiona y que se aparta de lo que socialmente se nos considera....!Cuidadores de majaras!

El Teniente Soto volvió a descolgar el auricular y después de marcar y esperar dijo " Soy el Comandante del Puesto de Cuenca, podría hablar con el General Mendilibar" "Espere un momento...voy a preguntarle si se puede poner"; tapando el auricular el Teniente Soto dijo en voz baja "todo depende de él".

-!A sus ordenes, mi General! disculpe que le moleste pero creo que la llamada es de la máxima importancia!

El Teniente volvió a explicar la historia.

- !Si, mi General!

- Ya sé que sería importantísimo para el Cuerpo adjudicarnos la resolución de un "caso cerrado" pero con el debido respeto le pido que considere la situación....será cuestión de dos meses y si desde la Comandancia lo sabemos llevar cuando lo hagamos saber el caso estará resuelto hasta el final.

- !Sí, mi General! !A sus órdenes, mi General! !Esperaré su llamada, mi General!

Al tiempo que el Teniente colgaba el teléfono, suspiró.

- Habrá que esperar quince minutos...el General quiere hacer una consulta al Ministerio y me llamará para comunicarme la resolución.

Mateo volvió a cascabelear, Luis tenía sudores fríos y D. Medín, disimulando, aparentaba serenidad cuando su preocupación iba en aumento.

!RRRRRRIIIIIIIIIIIIINNNNNNNNNNNNGGGGGGGGGGG!

- Mi Teniento le paso con el General Mendilibar!

- !A sus órdenes mi General!

- !Sí!

- Descuide, mi General!

- Por supuesto que sí, asumo toda la responsabilidad!

- ! A sus órdenes , mi General!

- !Tema resuelto!, dijo el Teniente Soto.

Un rebufo mezcla de desahogo y alegria contenida, como si se tratara de un juicio donde absuelven al acusado, se apoderó de los tres.

- Cómo habrán escuchado, yo asumo toda la responsabilidad del caso, por tanto y a partir de ahora voy a estar al mando; lo más importante es que nadie se entere de nada, a usted, Luis...

- Disculpe....! Medín!, dijo su padre.

-...Vale, Medín...le firmaré un visado especial para que pueda circular libremente, el Doctor Guillén les indicará que hay que hacer para recuperar la "anepsia" del joven y cada semana, siendo que no tienen que levantar sospechas acudiendo al pueblo a llamarme por teléfono, deberá personarse o Medín o su Padre a informarme de como va la cosa, por supuesto internamente y con la discreción que nos caracteriza, el caso se va a dar por resuelto en unas horas...por cierto,Antonio, crees que dos meses es tiempo suficiente para que el muchacho se cure de la "anepsia"?

- En circunstancias normales sí, pero hay que trabajar con él, lo más urgente es tener una larga y distendida conversación con él.

- Pero...¿Dónde? no hay que levantar ninguna sospecha.

- En la Masía!, dijo Mateo.

- Bueno, eso ya es cosa vuestra, poneos de acuerdo y sobre todo !Mantenedeme informado!

Mateo, Medín (!De nuevo Medín!) y su Padre salieron de la Comandancia con el visado, eufóricos y con cita para que el Doctor Guillén acudiera el próximo Sábado a la Masía.

Sin comer, emprendieron el camino de regreso....

!El caso estaba en vias de solución!

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