viernes, 2 de marzo de 2007

LA PLAZA DE LAS AULAS

Capitulo II

Senén; Marieta, Jaime, Lidón y Martin; así se llamaban los hijos de D.Senén y Dª Aurora; sus edades iban de los 12 años de Senén a los 5 de Martín.Habían transcurrido cuatro años desde el incidente de los "Ideales".

La Plaza de las Aulas era un espacio abierto, lógicamente de tierra y con unas pocas acacias que servían fundamentalmente para dar sombra en los húmedos y calurosos veranos de Castellón; era el lugar donde los hijos de D.Senén hacían la vida cuando no estaban en casa; allí jugaban con los otros crios del barrio, entre ellos Albertito el hijo único de D.Alberto que bebía los vientos por Marieta.

En aquellos tiempos lo crios pasaban la mayor parte de su vida en la calle; no habían coches y Castellón es una Ciudad que goza de un clima privilegiado por lo que ,aunque fuera invierno, la Plaza solía estar repleta de chavalería jugando al boli, al pañuelito, a policias y ladrones, al escondite y a todos los juegos que llenaban la infancia de aquélla época.

Uno de los juegos preferidos y que solían acabar en fuertes reprimendas por parte de los Padres hacia sus hijos era "pisar charcos"; cuando llovía bastante, en la Plaza se formaban enormes charcos de agua en los que los chavales enfundados en sus "Katiuskas" y se dedicaban a chapotearlos con vehemencia tratando de salpicar a sus colegas; el resultado final era claro ( o más bien oscuro, tanto por el color del barro que rebozaba la ropa de los jugadores como por la paliza, castigo o regañina que les esperaba a cada uno de ellos dependiendo de la forma de "educar" de sus padres), pero valía la pena.

Los hijos de D. Senén eran crios simpáticos, algo traviesos, pero muy buena gente y la Plaza era un "totus revolutum" donde se agregaban , de tanto en tanto,"bandas" de otros barrios periféricos como "La Guinea", El Raval...que nunca venían en son de Paz; su objetivo era provocar, insultar, abusar y algunas veces la "visita" finalizaba en batalla campal con el resultado de algún herido por arma de piedra o simplemente por algun puñetazo.

Cuando una de estas bandas era avistada por alguien de "Las Aulas" ( así se llamaban a los de ése barrio) avisaban a algunos Padres que disuadían con su presencia el ataque; el problema era cuando estratégicamente aparecían por sorpresa y cuando se retiraban ya habían cumplido su cometido.

Uno de esos días "La banda de la Guinea" organizó un ataque desde lejos; desde una de las calles que desembocaban en la Plaza comenzaron a tirar piedras con hondas que se fabricaban ellos mismos y en las que eran expertos y certeros en su uso; el ataque duró apenas un minuto ( inmediatamente se dieron a la fuga) tiempo suficiente para que una de las piedras impactara en la ceja de Albertito, el pobre cayó desplomado al suelo, la sangre brotaba abundantemente .

!Han matado a Albertito! !Han matado a Albertito! voceaban algunas niñas; al escuchar los gritos de inmediato bajó la Madre de Albertito, un enorme circulo de crios tapaba el aire alrededor del malherido chaval que inconsciente yacía en el suelo, su madre lo cogió en brazos y se lo llevó a la Casa de Socorro que distaba escasos cien metros de la Plaza.

A Albertito le aplicaron cuatro puntos de sutura y un aparatoso apósito que le tapaba el ojo, como es común entre los crios, dolorido ,hizo su triunfal aparición en la Plaza y cual héroe fué vitoreado por sus amigos.

Al , por la noche enterarse D. Alberto tomó inmediatamente cartas en el asunto y desde el día siguiente dos guardas de campo vigilaban la Plaza de las Aulas para disuadir a la "bandas enemigas" de su acoso.

La tregua estaba asegurada, al menos durante un mes.

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