LA PLAZA DE LAS AULAS
Capitulo XIV RUBEN
Rubèn, a fuer de sinceros, no tenía mucho trabajo en el Hospital ya que los dos compañeros que conformaban el Departamento de Psiquiatría ( El Jefe y el ayudante) dudaban mucho de las aportaciones de Freud y Rubén era un "especialista" en Psicoanálisis lo que hacía que estuviera bastante pez en las prácticas en uso de la especialidad.
Rubén y Marieta se conocían desde niños y aunque el fuera cinco años más mayor y no hubieran tenido una estrecha relación se recordaban de sobras.
- Rubén! Cuanto tiempo!
- Marieta, estás como siempre; por tí parece que no pasen los años.
- Aún recuerdo cuando con tus amigos os pavoneabais por la Plaza de las Aulas fumando....como los mayores.
- !Qué tiempos aquéllos! guardo magníficos recuerdos de aquélla época.
La visita no tuvo ninguna variable médica ya que después de tanto tiempo no era cuestión de "ir directamente al grano"
- Ya sé por tu futuro suegro que Alberto y tú os casáis...os deseo lo mejor.
- Eso espero porque de momento es ló único que me ayuda a continuar luchando.
- Ya sé...ya sé que no han soplado buenos vientos ultimamente para tí, Marieta; piensa que como dijo Heráclito lo único que permanece es el cambio....y después de la tempestad viene la calma.
- No sé que pensar Rubén...!han sido tantos golpes en tan poco tiempo!...Sólo me faltaba lo del brazo.
- Eso me comentó D. Alberto, que los médicos no encontraban causa orgánica en la súbita parálisis de tu brazo.
- Eso es lo que no entiendo Rubén, si los médicos no han encontrado la causa cómo un médico de locos....por que eso sois los Psiquiatras, no!...puede ayudarme.
- Bueno Marieta...loa Psiquiatras ayudamos a superar los desequilibrios emocionales...cierto es que también tratamos a enfermos crónicos; no sé... o D. Alberto sabe que el Psicoanálisis te puede ayudar ó....aprovechó nuestro encuentro para ver si el azar solucionaba tu problema.
-Tú de veras crees que puedes ayudarme, Rubén?
- No sé...no sé...es posible pero muy difícil a la vez.
- No te entiendo.
- A ver, Marieta, es como si te tocara la loteria.
- Entonces creo que será imposible.
- Bueno...como dijo D. Alberto no hay nada que perder; por intentarlo...
- En fin, Rubén, aunque sabes lo que te aprecio confío poco en que eso del Psicoanálisis me pueda ayudar...si no te ofendes te diré que para mí es como si tuviera que ir a un curandero.
- No me ofendo, Marieta y además te entiendo perfectamente.
- Dios mio! Que tarde es! ....esto no habrá sido ya una de esas sesiones de las que me hablo D. Alberto, no?
- Por supuesto que no, Marieta...¿Quieres que comencemos mañana a la misma hora?
- Pero...me has de pinchar o hacerme daño?
- No, mujer...no. El Psicoanálisis se basa en hablar....
- Sigo sin entender nada....En fin! Hasta mañana Rubén.
- Hasta mañana, Marieta.
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