LA PLAZA DE LAS AULAS
Capitulo XII PARALISIS
D. Alberto movió todas las influencias a su alcance para que Marieta fuera visitada por los mejores Médicos, tanto de Castellón como de Valencia y Barcelona; Traumatólogos, Reumatólogos, Neurólogos...todos coincidieron en que no existía causa orgánica que produjera la parálisis del brazo derecho de Marieta.
Al mismo tiempo D. Alberto había contratado a una señora de su confianza, de un pueblo del Maestrazgo para que se hiciera cargo de la casa, de D. Senén y de sus hijos; Trini, que así se llamaba la señora, pasaría a dormir a la habitación de Marieta quien, a su vez ,continuaria durmiendo en la "cama turca" al lado de su Padre; de momento no había otra solución aunque la proximidad del enlace hacía que los problemas de logistica se magnificaran creando un plus de nerviosismo y malhumor en toda la familia.
Marieta llevaba su brazo derecho descansado sobre un pañuelo anudado en su cuello, su brazo, completamente inmóvil, no obedecia ninguna orden de su cerebro y por tanto su actividad quedaba limitadísima.
Alberto se volcaba en atenciones hacia Marieta comportamiento que ella agradecía pero que no conseguía eliminar su permanente angustia y desasosiego.
Por supuesto la fecha de la boda se pospuso hasta que el problema de Marieta se resolviera de una forma u otra.
Trini, a parte de buena mujer, era una máquina de trabajar; viuda y sin hijos a sus 40 años nada le ataba a su pueblo y se entregaba con eficacia y esmero a las tareas del hogar...y a cuidar de D. Senén.
A las siete de la mañana se levantaba; arreglaba un poco la casa, preparaba el desayuno y el almuerzo para Martin ( un trozo de pan con cualquier cosa), desayunaba ella y mientras lo hacían el resto de la familia, con paciencia, habilidad y cuidado, aseaba a D.Senén, le daba el desayuno y sobre las diez, si hacía bueno, le sacaba a tomar el Sol por la Plaza de las Aulas.
Entretanto Marieta se dedicaba a, con su brazo izquierdo, ir retirando las tazas del desayuno y a ordenar un poco la casa.
Los Médicos que atendían a Marieta estaban perplejos; "!Cómo puede producirse una parálisis total de un brazo sin causa orgánica!" por más ingenio que le echaban al asunto no conseguian atinar un diagnóstico.
Una tarde, en la tertulia del Casino apareció Rubén, médico psiquiatra e hijo de uno de los mejores amigos de D. Alberto.
- Buenos días D. Alberto!
- Hombre, Rubén, cuanto tiempo sin verte; !Que haces por aquí?.
- He conseguido una plaza de médico en el Hospital Provincial, en Psiquiatría, mi especialidad es el Psicoanalisis...Freud ha conseguido con sus teorías que la Psiquiatría dé un paso de Gigante, pero....
- Y eso del Psicoanálisis...¿Qué es?; le preguntó D. Alberto.
- Es complejo de explicar en dos minutos pero básicamente se trata de hurgar en el subconsciente de las personas enfermas para a través de sesiones especiales encontrar algún trauma de la infancia que sea el origen de cualquier tipo de Neurosis.
- No entiendo nada pero debe ser muy interesante.
- Me alegro de verle D. Alberto.
- Lo mismo digo Rubén...y suerte.
Esa noche D. Alberto, que con su agudeza no paraba de cavilar, apenas durmió,una idea recurrente le impedía conciliar el sueño "Por qué Rubén no visita a Marieta?" " A fin de cuentas nada se pierde; si la Medicina Tradicional no dá con el problema a lo mejor eso del Psicoanálisis le puede ayudar". D. Alberto sabía perfectamente que su razonamiento era del todo ilógico aunque...nada se perdía.
Marieta fué a ver a Rubén sin saber bien para qué.
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