LA PLAZA DE LAS AULAS
Capitulo XVI UNA AGUJA EN UN PAJAR
En ésa sesión el tema era monográfico, aunque ya habian hablado largo y tendido de cómo había afectado a Marieta la enfermedad de su Padre,Rubén queria profundizar más en el episodio.
Esa mañana Marieta estaba especialmente relajada y como se había acostumbrado a la técnica de la terapia su predisposición era mayor que habitualmente.
A mitad sesión Marieta se quedó adormilada; ése era el estado propicio para que el terapeuta pudiera acceder al subconsciente del paciente; había psicoanalistas que tenían conocimientos de hipnosis que ayudaban mucho a avanzar en las sesiones ,pero Rubén carecía de ellos.
La charla derrotaba como siempre, Rubén ya no sabía por donde seguir conduciendo el diálogo...no había nada a hacer, había fracasado.
Sin embargo prosiguió con la terapia.
- Hasta que punto la servidumbre que significa el cuidar a tu Padre suponía una frustración para tí?
- Es algo que tuve asumido desde el principio...mis Padres nos lo habían dado todo...la vida es así...ahora era yo quien tenia que devoverles parte de lo que se habían sacrificado por nosotros.
- Sí, Marieta...pero centrate en tu Padre.
- Mi Padre...!cuanto lo quiero!..!Cuanto te quiero papá! !Cuanto te quiero!, Marieta rompíó en sollozos y no paraba de repetir de forma compulsiva !Cuanto te quiero papá! !Perdóname!
Esa expresión; perdóname, podía ser una pista imprevista.
- Sé que quieres mucho a tu Padre, Marieta, pero ¿Qué te tenía que perdonar?
- No lo sé...pero...
- A ver , Marieta, hay ocasiones en las que un ser humano se rinde, se deja llevar por su instinto y eso es perfectamente natural...sigue, por favor.
Como si estuviera posesa Marieta exclamó !Ieta, abau! !Ieta, eeee! y sus sollozos derivaron el llanto desesperado...
Rubén intuía que ahí podía estar la clave, debia extraer más el corcho de la botella.
- Tú no tienes que sentirte culpable, tu Padre no tiene nada que perdonarte...
- !Yo no quería! ¡Yo no quería!...!Cuanto te quiero papá! pero ¿Por qué me tiras el vaso al suelo?
- Relájate Marieta, sabes que tu Padre no está bien y "hay que perdonarle algunos comportamientos"
Esa frase de Rubén, acertadísima, liberó a Marieta del complejo de culpa y en su semisueño la trasladó a estado de sosiego.
- Sí, pero yo no quería pegarle...yo le quiero mucho.
- A veces nuestros impulsos van delante de nuestros aprecios, Marieta...cuentame que ocurrió exactamente, por favor....y no te atormentes.
- Mi Padre echó el vaso de agua al suelo...de un brusco manotazo...y yó le levanté la mano para pegarle...pero no pude.
"Le levanté la mano para pegarle" ahí puede estar lo que busco; pensó Rubén.
Poco a poco Marieta volvió de la semiinconsciencia a la consciencia; continuaron hablando de cosas banales y Marieta, que pensaba que había permanecido dormida, le preguntó a Rubén...¿ De qué hemos hablado hoy?
Marieta no recordaba absolutamente nada de la sesión.
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